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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Límites

Yo trabajo en una farmacia durante los fines de semana casi desde que entré a la prepa, debo admitirlo, es un lugar tranquilo, hago algunas pocas cosas, asesoro a la gente sobre la forma correcta de utilizar los medicamentos, no siempre soy amable lo confieso(en especial cuando era más joven) y en estos años, he tenido variedad de experiencias con los clientes; he aprendido a ser neutral, tal vez no les sonría pero siempre los miro atendiendo a sus solicitudes y respondiendo en la medida de lo posible sus dudas, algunas veces me tachan de grosera, otras de muy seria, en especial cuando la gente quiere juguetear y yo no atiendo a ello aunque al parecer tengo mucho mejor percepción que el hombre que está entre semana. Como cliente yo procuro ser igual con quien me atiende, cómo he estado del otro lado entiendo que es estresante atender gente y a lo largo del día no todos tienen buen humor, entre los que tienen prisa y exigen ser atendidos primero, los que tienen todo el tiempo del mundo, los que quieren hacer amigos, el que llega con actitud de perdona vidas y tantos otros que no me alcanza la memoria una persona se estresa, no nos defiendo, también he sido tratada como cucaracha por el tendero de un negocio pero por mi parte trato de no buscar pleito, lo que muchos hacen.
Ayer; una mujer de buen aspecto y amable llegó a pedir un shampoo de ketoconazol, busqué el producto ya que como no estoy diario ahí no sé si lo tenga y volví al mostrador con el producto preguntando si es so lo que buscaba, entones tal como entró(como estampida) lo tomo, dijo que le hiciera una recarga telefónica y salió con el producto sin haberlo pagado, me sentí muy asustada y molesta, no me dio ni tiempo de decirle que no podía sacar el producto, de hecho el domingo anterior una muchacha llegó a pedir unas pastillas de loperamida y le permití llevarselas sin pagarme completo suplicándole que regresara para pagar los dos pesos restantes, como era de esperarse no volvió y yo tuve que poner la diferencia; y yo me siento muy mal, porque a pesar que ya me ha pasado en muchas otras ocasiones lo sigo haciendo...
Al pasar un par de minutos me asomé, no puedo fiarme del aspecto de las personas(en otra ocasión una mujer joven y bien vestida se llevó una leche que estaba despachándole a otra persona)entonces pues al verme en la puerta regresó sin el shampoo y le pedí que trajera el shampoo ya que no podía salir de la farmacia(tampoco había visto el costo)entonces volvió al auto y regresó, le arí la puerta y la cerré conteniéndome por lo ocurrido, al entrar al otro lado del mostrador la mujer bromeando imagino me dijo "pero no te enojes, así sólo pierdes clientes" traté de ignorarlo, pero entonces pidió una respuesta afirmativa imagino yo, la verdad no imagino qué esperaba que le dijera, sólo le respondí "sí, pero a mi es a quien regañan y quien lo paga" lo dije muy tranquila y con tono de "entiéndame" claro que me molestó el "no te enojes", yo nunca lo uso, porque sé bien que una persona se enoja cuando le dicen qué hacer, sólo imaginar; cuando unos novios juguetean y la novia cree que el novio ha trasgredido el juego; es decir, el límite, se pone seria y el novio juguetón(lo mismo con un padre, amigo, familiar)hace eso de "tratar de contentar" y las cosas acaban peor... Al parecer a la clienta también le molestó que yo trazara un límite(lo que siempre me ocurre con los clientes que la han trasgredido)y entonces dijo: ¡pues sí, pero no me lo voy a llevar! -lo sé, pero ya me ha pasado; aquí tiene-¡sí, desafortunadamente no todas las personas somos igual!- no lo estoy diciendo por usted, sólo que no puedo confiarme ya-¡pues ya! '¡ya te pedí disculpas qué más quieres!-yo no le estoy exigiendo ninguna disculpa, por favor trate de entender mi posición...-pues ya ¡se me hizo fácil! ¡conozco a la doctora por eso se me hizo fácil sacar el producto!¡pero tu vuelves y vuelves!-pues sí, pero sólo soy una empleada, disculpe, yo no la conozco-¡¡a ver ya, cóbrate!- la mujer amable de unos segundos atrás se transformó, no me dejaba hablar y seguramente fue mi culpa el que haya pasado pues no tracé un límite antes, se habría molestado por comentarle que no podía sacar el producto, pero nada más y seguramente ninguna de las dos tenía razón, ella desde su punto de vista de clienta y yo como empleada, no nos entenderíamos jamás, por ello comento, muchas veces no nos damos cuenta de lo que puede ser una agresión hacia el tendero; me gusta ese letrero que en algunas tiendas ponen dicen algo así como No fío porque he perdido amistades, y dinero... Es lo mismo, no importa qué tan bien se lleven las personas, nunca hay que dejar que se transgredan los límites.

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