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lunes, 22 de julio de 2013

¿los animes de antes realmente eran tan buenos?

Últimamente he escuchado mucho a gente de mi generación hablando de lo maravillosas que eran las series que nos tocaron y lo horribles que son las de hoy en día; que están llenas de ecchi y las más "comerciales" o polpulares están sobrevaloradas y son motivo de discusiones interminables, en el post anterior lo comenté, mi generación fue la de la mejor época del anime en México, 1997, las televisoras compitieron trayendo muchos animes sin importar la calidad, las revistas de anime y manga ensalsaban dichos animes dándonos todos los detalles.

Lo cierto es que los animes de aquella época eran largos y repetitivos, llegaba el villano en turno era derrotado por el héroe o gracias a su trabajo en equipo el nivel de poder y conocimiento aumentaba; Dragón Ball, Saint Seiya, Sailor moon, Uthena, Mikami, Ranma 1/2, Rayearth, tenían esa misma temática, incluso Fly o Dragon Quest obedecía más o menos este mismo patrón aunque tenía una historia más progresiva, luego llegaron los animes de los 2000, muchos lo negaran pero era la mercadotecnia la que mandaba, "los monstruos de bolsillo" eran los juguetes que llegaron, luego los tazos temáticos y demás souvenirs inundaron las tiendas, más tarde llegó Digimon, Yugi-oh, las últimas series que serían vistas por las "masas". La sequía de anime ocurrió, se decía que ya no se veía más anime debido que el permiso para transmitir anime japones en televisiones mexicanas había expirado, o al menos era la explicación de las últimas revistas de manga y anime que se la pasaban diciendo que cómo consumidores de la tv debíamos unirnos y exigir la transmisión de anime y que sólo así seríamos un mercado serio al cual atender.

 En el segundo lustro de los 2000 hubo un reintento por transmitir el anime en tele abierta, volvió dragon ball, se transmitió Inu Yasha, nada espectacular que hiciera volver aquellos años de esplendor y nuevamente el anime cedió ante las importaciones norteamericanas cómo los programas juveniles, las luchas, y las series forenses sin contar con sesiones maratónicas de Bob Esponja. En estos primeros años de los 2010 Cadena tres es el canal que se ha dado a la tarea de rescatar aquellas series con las que incluso nuestros padres(abuelos para otros más jóvenes) crecieron incluidas las caricaturas de bugs Bunny, y aquellos dramas telenoveleros de Candy Candy y Remi. Hoy los niños se encuentran con las caricaturas que nos emocionaron, y ven lo ridículas que son sus tramas, desde un robot gigante "boilertípico" que tiene movimientos humanos hasta  una chiquilla con mala suerte que no hace más que llorar en cada episodio. También los canales culturales han hecho un poco el esfuerzo por presentar nuevos contenidos a los televidentes, el canal 22 ya ha transmitido algunas series en idioma original desde Evangelion hasta Orphen, pero siendo realistas no llega a todos los televidentes posibles, pero esto no es sólo culpa de las televisoras, estudios revelan una tendencia mundial, hoy son más los medios que dispersan la audiencia, televisión de paga, miles de nacales de tv, youtube, netflix... hace diez años teníamos un internet fluyente, hace veinte no existía, hace más de treinta fue la época en la que una telenovela  paró una ciudad, ni siquiera mencionar la época de H.G. Wells y su radionovela, esos raitings abrumadores no volverán.

Debo confesar algo, a los veinte años tuve una crisis de afición, había visto varias series malas, me cuestioné si ya no había nada más que ver en el anime, entonces llegó Death Note, una serie novedosa, adulta, que cuestionaba la moral y las convicciones del protagonista, la idea me pareció maravillosa, yo misma al ver los casos horribles de secuestros, violaciones y mutilaciones me cuestionaba la capacidad de "desaparecer" a toda esa gente "mala", hoy lo único que escucho sobre Death Note es que si Light es un Justin Bieber, que si es muy comercial, que es sobre valorada, que es mierda y no debió aparecer en el primer puesto del conteo de Alta Definición. Una víctima de su propia genialidad supongo... Volviendo a la temática de este manga, se me hizo novedosa la forma de mostrar a los personajes, la interacción y el destino que les aguardaba debido a ésta, las decisiones de los personajes digno de un partido de ajedrez, ya no había villano en turno ni problemática repetitiva, era una historia establecida con un planteamiento, un nudo y un desenlace en menos de treinta capítulos.
Soy de la idea que los animes nuevos(para mi estos son nuevos para otros son clásicos) también son buenos, incluso mejores que con los que yo crecí, pero claro siempre los atesoraré ya que ellos me hicieron ser quien soy hoy, esas frases heroicas de los Caballeros, el final sorprendente de las Guerreras Mágicas, las transformaciones de las sailors, la madurez de Fly y compañía, sus historias nutrieron mis sueños, pero también me encantan las aventuras de Ang(ya sé no es anime) la astucia de L y Light, el romance Yuri en Kanazuki no Miko, ese final que me dejó afectada por tres días de Crhono Crusade, lo intrigante de Another, la emoción de Mirai Nikki, la novedad de Madoka... Quizás no vuelva a sentir nunca más el furor que tuve por Rayearth en mi adolescencia y tal vez por ello pueda ver con mejor objetividad los aciertos y errores, no apasionarme y enfrascarme en una lucha inútil contra los fans de otras series y otros gustos, antes  nos proclamábamos en pro de la tolerancia, no sólo por el anime, las preferencias sexuales de los individuos, la expresión individual de cada persona, ahora todos están ansiosos por insultar y agredir, menciono esto ya que incluso este comentario largo puede ser empleado para denostar a las series viejas, igualmente noto una lucha entre fans de lo nuevo y lo viejo, cada serie corresponde a una época y quizás fue lo mejor pero lo que es cierto es que han marcado diferentes generaciones de fans del anime y manga, a pesar que hoy sólo vemos Ecchi y Gore, algo nuevo tomará su lugar más tarde y seguiremos diciendo "tiempos anteriores fueron mejores".




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