Los humanos probamos nuestras fuerzas y habilidades todo el
tiempo contra otros, está en nuestra naturaleza.
Nuestro origen embrionario nos remite a la competencia
contra otros miles de espermatozoides que no fueron tan rápidos. En la
naturaleza nos procuramos las mejores oportunidades para subsistir y que
nuestros descendientes triunfen sin embargo en últimas fechas hemos tenido una
tendencia a satanizar la competencia y hacer creer a los niños que no importa
que no se esfuerce, obtendrá un premio, y cómo resultado tenemos muchachos
exigiendo lugares inexistentes en universidades públicas, gente que piensa que
merece el cargo de gerente cuando en su vida ha trabajado o chamaquitos que sin
ningún mérito quieren tajada del pastel y se quejan que a ellos no les dan
oportunidades porque hay una mafia conspiradora que trunca sus sueños.
“Deberían darle oportunidad a otros talentos, siempre salen
los mismos de siempre”
He escuchado mucho esto y realmente lo comprendo pero me
viene a la mente un pasaje que ocurrió hace años cuando en México se puso de
moda el Reallity Show; había un programa llamado “estrellas de novela” la verdad estaba muy mal hecho así que nunca
quedó claro de qué trataba y hacia dónde iba, pero la dinámica de expulsión era
la misma que en Big Brother, eliminar por medio de votos a la amenaza o
competencia y ¿qué teníamos al final? Los mediocres echando a los mejores
estudiantes.
Un poco de historia, recuerdo bien en Athenas 2004 cuando en
la semifinal del Basket ball Argentina derrotó a Estados Unidos, todos nos
impresionamos pues el equipo de Estados Unidos era nombrado el Dream Team en
honor al grupo de ensueño formado por atletas profesionales de la NBA en el 92… en aquel
entonces se dice que los equipos olímpicos del mundo pusieron el grito en el
cielo al ver a estos monstruos de la cancha competir contra ellos,
evidentemente sus victorias eran apabullantes, claro, es el juego que ellos
mismos inventaron ¿cómo no ser los campeones? Sin embargo tal vez fuera la flojera
que han venido cargando a lo largo de los años las estrellas de este deporte o
que quizás el abrir las olimpiadas a estos mega atletas haya hecho mejorar a
los otros participantes, sin la competencia no tenemos parámetro para medirnos
ni intenciones de mejorar y eso fue lo que demostró Argentina en ese partido,
se le puede ganar al monstruo en su terreno, no hay pretextos más que nuestro
propio sentimiento de inferioridad.
Otro ejemplo deportivo, Nadal recuperándose de una grave
lesión viene a los torneos chiquitos a acondicionarse pero no veo gente
parándose de pestañas exigiendo a Nadal y a esos súper tensitas irse porque
ellos son profesionales, ya todo el mundo sabe que van a ganar y no dejan a los
atletas inferiores destacar en el torneo. O un ejemplo más Friki… ¡Maldito
Gokú! ¿por qué sigue participando en los torneos? ¿No ve que Krilin podría
destacar o cualquier otra joven estrella de las Artes Marciales?
Si estamos en esto de exigir sandeces; que el mundial sólo
sea de equipos mediocres. Que Argentina, Brasil, España, Urugay, Italia,
Francia, Alemania, Inglaterra ya no jueguen, han ganado al menos un mundial,
que le dejen oportunidad a los otros equipos de destacar, pobrecitos que cada
país tenga una copa. Una vez oí, medallas de chocolate para los niños que no se
esfuerzan ¡todos ganan! ¿Dónde queda la satisfacción personal? ¿Acaso creen que
por evitarle traumas a los niños, evitarles el lidiar con la derrota y mejorar
en la siguiente no se van a convertir en drogadictos frustrados? Todos aprendemos
con las derrotas, los fracasos, las victorias, pero esta sociedad nos está
haciendo inútiles en vías de hacernos “mentalmente sanos”.
Esto lo comento porque esta tercera convocatoria en la que
participo de Doon Mangazine una vez más veo los comentarios de los frustrados,
pero esta vez no es póstumo echándoles la culpa a los organizadores sino antes,
lanzando basura y cosas que traen atoradas: que el concurso es injusto, que los
mismos de siempre ganan, que deberían darle la oportunidad a otros, que la
revista mejorará con sus ideas. Una cosa es segura, todos tenemos ideas que
creemos que triunfaran pero en la realidad nunca hacemos nada y les achacamos a
otros nuestra desidia.
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